Soy Antonio Rodas, y como abogado penalista especializado en derecho penitenciario, puedo ayudarte a conseguir el mejor resultado posible en tu caso.
Sé lo duro que es vivir sometido a un régimen penitenciario. No solo limita todos los aspectos de tu vida, sino que condiciona tu futuro, así como tu desarrollo personal, familiar y profesional.
Sin embargo, no tienes por qué enfrentarte a esto en solitario. Como experto en el ámbito penitenciario, tengo la capacidad para defender tus derechos y luchar por la mejor resolución de tu caso.
Si necesitas obtener beneficios penitenciario o un abogado con conocimientos de derecho penitenciario, puedo ayudarte a defender tus derechos. La labor de un abogado no acaba cuando se produce una sentencia condenatoria, sino que se extiende a la totalidad del cumplimiento de la pena.
El derecho penitenciario es una rama del derecho, estrechamente relacionada con el derecho penal, y en la que se vislumbra la ejecución de las penas y otras medidas de seguridad que conlleven la privación de libertad o de otros derechos.
El derecho penitenciario entra en jueg una vez el acusado ha recibido una sentencia desfavorable y ha sido condenado a una pena. Sin embargo, a pesar de la importancia de esta rama del derecho, es dificil encontrar a abogados con formación y conocimientos para defender los intereses del afectado una vez se ve obligado a cumplir la condena. Una buena gestión del derecho penitenciario resulta fundamental para poder acceder a los beneficios penitenciarios desde que se reúnan los requisitos que lo hagan posible.
Una de las situaciones mas habituales durante los procedimientos penales, es la aplicación de la prisión preventiva. Esta se da como una medida cautelar, que se encuentra regulada en el artículo 502 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y será acordada conforme al procedimiento que se establece en el artículo 505 de la misma ley.
Se trata de una medida muy restrictiva de los derechos del investigado, por lo que se deben cumplir los requisitos del artículo 503 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que pueda llevarse a cabo. Estos son:
Tal y como se determina en el artículo 504 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la duración de esta medida dependera de la pena asignada al delito por el que se acusa al investigado. Si la pena es igual o superior a tres años, podrá imponnerse esta medida por plazo de un año, ampliable a otros seis meses. En el caso de que la pena supere los tres años, será de dos años, ampliable por otros dos.
Una vez la pena de prisión deviene firme, el condenado debe entrar en prisión, para lo que deberá acudir al centro penitenciario. Luego, en el centro penitenciario, se realiza un registro integral, se entregan objetos prohibidos, se desnuda al interno y se le proporciona ropa limpia. Durante este proceso, se lleva a cabo una clasificación provisional que considera el tipo de delito, la reincidencia y la salud mental del interno para determinar en qué módulo ingresará.
La vida diaria del interno varía en función de su clasificación de grado, que determina el nivel de restricciones y libertades que tienen dentro del centro penitenciario.
Existen tres grados en las prisiones:
La vida en prisión varía según el grado:
Además, los internos pueden obtener permisos de salida, trabajar y redimir penas por el trabajo en el grado 2. Existe por ejemplo el sistema de peculio, donde el dinero se almacena en cuentas y se gasta con tarjetas internas.
En general, la vida en prisión implica un horario estructurado, con actividades obligatorias como recuentos, limpieza, trabajo y comidas. Las celdas tienen un aseo, y las actividades recreativas incluyen ver televisión y leer.
La libertad condicional, también conocida como cuarto grado penitenciario, es una medida que permite suspender la ejecución de la condena que le queda por cumplir a un penado. Esta medida está regulada en el artículo 90 del Código Penal y es otorgada por el Juez de Vigilancia Penitenciaria. Sin embargo, para acceder a la libertad condicional, es necesario cumplir una serie de requisitos y condiciones específicas.
En primer lugar, el penado debe encontrarse clasificado en el tercer grado penitenciario, lo que implica una menor restricción en su vida dentro del centro penitenciario. Además, debe haber extinguido al menos tres cuartas partes de la pena impuesta y haber demostrado una conducta ejemplar durante su tiempo en prisión. También es necesario haber satisfecho la responsabilidad civil derivada del delito según los criterios establecidos en la ley.
Es importante destacar que cumplir con estos requisitos no garantiza automáticamente la libertad condicional. El Juez de Vigilancia Penitenciaria evaluará una serie de factores, como la personalidad del penado, sus antecedentes, su comportamiento en prisión y sus circunstancias familiares y sociales. Además, se considerará la naturaleza del delito cometido, su gravedad y los posibles efectos de la suspensión de la ejecución de la pena.
Existen algunas circunstancias excepcionales en las que se puede adelantar la libertad condicional, como cuando el penado ha extinguido dos terceras partes de su condena y ha participado activamente en actividades laborales, culturales u ocupacionales que han contribuido a su rehabilitación. También se pueden conceder libertades condicionales especiales a penados que cumplen su primera condena de prisión, siempre que esta no sea superior a 3 años y hayan extinguido al menos la mitad de la misma.
Por otro lado, la denegación de la libertad condicional puede ocurrir en casos en los que el penado haya proporcionado información inexacta o insuficiente sobre bienes u objetos sujetos a decomiso, no cumpla con sus responsabilidades civiles o no proporcione información precisa sobre su patrimonio.
Es importante destacar que el tiempo de suspensión de la ejecución de la pena no se cuenta como tiempo de cumplimiento de la condena, por lo que el penado deberá cumplir una parte de su pena una vez obtenida la libertad condicional. La libertad condicional es una medida que busca promover la rehabilitación y la reinserción de los penados en la sociedad, siempre bajo un estricto control y supervisión.
Los servicios que puede ofrecer un abogado penitenciario son variados y de gran importancia tanto para los reclusos como para sus familias. Algunas de las áreas con las que puede ser de ayuda un abogado experto son las siguientes:
No solo puedo ayudarte con la clasificación inicial en grado a la entrada en prisión, sino que además, podemos trabajar para obtener una mayor progresión en el grado penitenciario.
Solicitar y justificar la obtención de la libertad condicional, facilitando el cumplimiento de los requisitos y argumentos a favor de su obtención.
Solicitud de sustitución de la pena privativa de libertad por otras sustitutivas o la propia suspensión de la misma por los motivos así establecidos.
Ayuda para la obtención de permisos de salida, comunicaciones y visitas, cambios de centro penitenciario o mejoras dentro de la vida en prisión.
Defensa frente a los procesos disciplinarios dentro del centro penitenciario.